Entre Castelo de Vide y Portalegre, nos encontramos con Marvao, una localidad portuguesa que se encuentra en uno de los puntos mas altos de la Sierra de San Mamede.
Este punto geográfico, sirve estratégicamente de defensa natural, gracias a la altitud se divisa todo el territorio y las escarpadas laderas, sirven de fortaleza natural desde Norte, sur y Oeste, permitiendo el acceso a la población solo por el lado este.
Esta peculiaridad hizo que a lo largo de la historia, muchas civilizaciones quisieran habitar este lugar, como fueron romanos, visigodos, musulmanes...
Estos últimos fueron quienes dieron nombre a esta población, tras la conquista de este lugar por Ibn Marwan en el siglo IX d.C., y estuvo bajo el dominio árabe hasta que Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, consigue arrebatársela durante la Reconquista Cristiana entre los años 1160-1166 d.C., haciendo reconstrucciones y ampliaciones militares, convirtiéndose así en un bastión inexpugnable de la frontera con España.
Al otro lado de la frontera, nos encontramos con Valencia de Alcántara, cuyo territorio ha sido poblado desde la Prehistoria como podemos ver en los numerosos dólmenes prehistóricos asociados al Paleolítico que se encuentran por los alrededores.
Pero la ciudad no fue fundada hasta época romana, cuando se fundó “Valentia” para asentar a los veteranos romanizados del ejercito de Viriato en las Guerras Lusitanas durante el siglo I d.C. Tras esto fue ocupada por visigodos, tras ellos los musulmanes, hasta pasar a manos de los cristianos durante la reconquista por la Orden de Alcántara en el siglo XIII d.C.
En la Edad Moderna tuvo mucha importancia, debido a su situación fronteriza con Portugal, firmando la paz con el país vecino gracias a la boda regia de Isabel, hija de los Reyes Católicos con Manuel I de Portugal en 1497 d.C.
Como vemos en el termino municipal de Valencia de Alcántara podemos viajar en el tiempo, descubriendo desde restos prehistóricos, como romanos, visigodos, judíos y cristianos.